Crushed like a bug in the ground

miércoles, enero 28, 2009

Transcripts from my mind's ear. Vol. 1

(...)

- Bueno, ¿y qué más me cuentas?
- Pues no sé, hoy no he hecho gran cosa...
- Pero algo me podrás contar, ¿no? Dónde has comido, con quién, algún cotilleo, o...
- Bueno...
- ¿Sí?
- ¿Sabes esas galletas con forma de oso, que se comen como cereales, que son así pequeñinas?
- No, no sé. ¿Por?
- Bueno, pues son unas galletas con forma de oso, así chiquitinas, con mucho chocolate. Me estoy volviendo adicto.
- ¡Ay, H, qué mal me comes!
- ¡No como tan mal, procuro contenerme! ¡Además, que no sólo como galletas!
- No, ya, ¡sólo faltaba!
- En fin, el caso es que me entró hambre a media mañana y me apetecieron galletas de estas, y estaba echándoles la leche por encima... y de repente me di cuenta de una cosa.
- ¿De qué?
- Pues verás, en el anuncio de las galletas me acuerdo que salían los ositos saltando y tirándose a un tazón lleno de leche.
- ¿Y?
- Pues es que efectivamente, ¡los osos de las galletitas están saltando!
- ¿Cómo saltando?
- Pues saltando. Las galletas tienen forma de oso y ese oso está saltando.
- [Risas] ¿Y cómo sabes tú que está saltando?
- Pues porque unos tienen los brazos pegados al cuerpo y otros los tienen levantados, o sea que unos están en pleno salto y otros están cayendo. Y caen con los brazos levantados, ahí, felices y contentos porque caen en la leche.
- Aahmm...
- Lo que ellos no saben es que no caen en un simple tazón de leche: ¡van hacia su jodida muerte! ¡Todos ellos serán devorados!
- [Risas] ¡Ay, p..., cómo se te va la pinza!
- Ya, bueno, todo el día aquí, haciendo codos, es normal. Eso es lo más interesante que me ha pasado hoy, ¡no te digo más!
- ¡Ay, pobrecín! [Risas] ¡Pero bueno, algo más habrás hecho hoy!
- ¡Sí, joder, pero lo de siempre! En fin, ya sabes...
- Ya...
- ...
- ...
- Oye, ¿qué llevas puesto?

(...)

viernes, noviembre 14, 2008

Microrrelato pueril de ciencia-ficción más corto que su propio título

Cuando se despertó, flipó con el futuro.

domingo, octubre 19, 2008

Entomología

X

El día que S se decidió a empezar a escribir su primera novela, terminó dedicándose a mirar por la ventana hasta que anocheció con una taza de café enfriándose al lado del ordenador. Se preguntó, no por primera vez, si para escribir hacía falta haber vivido mucho o si, como en su caso, la literatura compensaba la falta de experiencias vitales. En cualquier caso, aquella tarde ya la había perdido.

martes, julio 01, 2008

Entomología

IX

En realidad, N no se sentía triste por ser incapaz de reconocer a A después de siete años sin verse. Tampoco por encontrársela casada (¡y con un hijo!), pese a que era un año menor que él. Lo verdaderamente desolador para N era lo poco que habían cambiado él y su vida en todo ese tiempo. Estuvo a punto de llamar a S para contárselo, y luego estuvo a punto de echarse a llorar, pero al final se conformó con dormirse escuchando música deprimente.


martes, abril 29, 2008

Entomología

VII

Cada vez que N comprueba que la planta que tiene en su cuarto de baño está bien regada, se lleva unos granos de tierra pegados a los dedos. Por un momento le tienta hacer el cálculo de cuánto tiempo le llevaría vaciar la maceta por el método de comprobar la humedad de la tierra una vez al día. Al final le puede la pereza y se conforma con pensar que sin duda es una cifra astronómica.

viernes, marzo 07, 2008

Capítulo para una novela coral

La madrugada de aquel 25 de abril, Jane (Sweet Jane) experimentó el primer orgasmo auténtico de su vida sexual activa. Empezó como un temblor que subía desde su clítoris hasta sus pezones anillados y de allí se extendía en oleadas al resto de su cuerpo. Estaba dormida; al despertar se encontró en la cama al lado de Oliver Cromwell. Quiso gritar y no pudo, así que estaba claro que aquello tenía que ser un sueño. Cuando consiguió despertarse de verdad se encontró a su lado a Bob, un yogurín que era imagen de alguna colonia de Calvin Klein.

Más tarde, preparando el desayuno en la cocina americana de su pequeño apartamento del Soho, volvió a ver en las noticias las mismas imágenes de archivo de todos los años en las que una avalancha de portugueses se echaba a la calles con claveles en las manos. Llamó a Pauline mientras Bob se daba una ducha rápida. En ese preciso momento, Pauline estaba ultimando los detalles de los genitales de su escultura "Mi marido como una mujer" ("My Husband As A Woman", 2008, Pauline Carey, 180 x 70 x 32 cm, Tate Modern, London), que representaba (con una atención casi obsesiva a los detalles de sus tatuajes) a su marido Joseph transfigurado en una escultural joven que parecía emerger de una fila de losas cuadradas. Quedaron para cenar esa misma noche.

El día se fue en un par de sesiones de fotos. Nada especial, ni cuerdas ni cadenas ni latex (por una vez). De Bob no se volvió a saber más en todo el día. Pauline y Joseph llevaron a la cena a Peter, otro chaval metido a modelo de alguna franquicia insípida. Peter y Jane, obviamente, terminaron en la cama. A la mañana siguiente, a Jane le despertó otro orgasmo (otro de verdad). Después de las ya conocidas sacudidas, se encontró en la escalera de la casa de sus padres, arropada por la misma manta que Adolf Hitler. En cuanto abrió los ojos y fue consciente de estar con Peter en la cama de su apartamento, empezó a calcular cuánto tendría que ahorrar en copas para empezar a pagarse el psicoanalista.

lunes, enero 14, 2008

Entomología

VIII

Tres años (y algunos novios) después de haber dejado de salir juntos, S y H descubrieron que ambos sumaban las cifras de las matrículas de los coches buscando el mismo número. Cada dieciocho que ha encontrado S desde entonces le parece una conexión instantánea con el pasado, como un agujero de gusano emocional. Lo que ella no sabe es que a H le pasa exactamente lo mismo.

 


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