¡Mamá, mamá!
La madre estaba cocinando cuando la niña llegó a casa y se puso a hablar con ella. Tras un rato de monólogo, le pidió permiso para ir con sus amigas al cine esa tarde.
-¡Mamá, te digo que si puedo ir! ¡Mamá, mamá!
Por más que la madre no escuchara, en la cocina reflejada en el espejo del pasillo su difunta hija gesticulaba airada sin descanso.
1 hasta ahora:
Tenía razón quien me lo recomendó, es un cuento muy bueno. Seguiré visitándote. Gracias por compartir tu imaginación
13 agosto, 2006 23:45
Tendrás que terminar tú el trabajo.
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