Ephimera
Cuando la conocí ya había perdido todo el pelo, pero era la criatura más hermosa que había conocido.
Fue en una exposición de fotografía.Yo hacía tiempo, esperando la hora de atender un compromiso, cuando ella entró. Me dediqué durante un rato a contemplar su reflejo en el cristal de las fotos, hasta que se puso a mi lado. No recuerdo bien qué fue lo primero que dijo, pero me sorprendió su capacidad para mirar las mismas fotos que yo y extraer de ellas ideas que yo jamás habría concebido, pero que parecían estar allí desde el principio. Dos horas más tarde, yo había faltado a mi compromiso, me había tomado el tercer café del día y estaba en la cama con ella.
A pesar de estar visiblemente debilitada, tomó las riendas desde el primer momento. El fluorescente del techo enmarcaba su cabeza como un aura. Al acabar se desplomó sobre mí como si no le quedaran fuerzas y me asusté por un momento. La abracé durante cinco minutos, hasta que se recuperó. Entonces se levantó y empezó a vestirse en silencio. Antes de salir por la puerta me dijo : "No volverás a verme nunca más"
Durante tres meses ocupé todo mi tiempo libre en recorrer la ciudad buscándola. Todas las mañanas leía las esquelas con las manos temblorosas. Algunos días me parecía verla, pero nunca era ella. Acabé por verla en todas partes. Supongo que para ella yo no había sido más que una herramienta, pero eso no me importaba. Tal vez esa misma tarde la habían desahuciado definitivamente, tal vez le habían dicho que estaba curada. Ella no me dijo nada.
Finalmente, al cabo de tres meses leí una esquela en el periódico que podía ser la suya (ya ni siquiera estaba seguro de que me hubiera dicho su verdadero nombre). Me metí en la cama y me pasé todo el día durmiendo y llorando. Cuando me levanté, había asumido que ella había muerto. Dejé de verla en todas partes. Pensé que ya no estaba obsesionado con ella.
La verdad es que nunca he vuelto a ser el mismo.
Fue en una exposición de fotografía.Yo hacía tiempo, esperando la hora de atender un compromiso, cuando ella entró. Me dediqué durante un rato a contemplar su reflejo en el cristal de las fotos, hasta que se puso a mi lado. No recuerdo bien qué fue lo primero que dijo, pero me sorprendió su capacidad para mirar las mismas fotos que yo y extraer de ellas ideas que yo jamás habría concebido, pero que parecían estar allí desde el principio. Dos horas más tarde, yo había faltado a mi compromiso, me había tomado el tercer café del día y estaba en la cama con ella.
A pesar de estar visiblemente debilitada, tomó las riendas desde el primer momento. El fluorescente del techo enmarcaba su cabeza como un aura. Al acabar se desplomó sobre mí como si no le quedaran fuerzas y me asusté por un momento. La abracé durante cinco minutos, hasta que se recuperó. Entonces se levantó y empezó a vestirse en silencio. Antes de salir por la puerta me dijo : "No volverás a verme nunca más"
Durante tres meses ocupé todo mi tiempo libre en recorrer la ciudad buscándola. Todas las mañanas leía las esquelas con las manos temblorosas. Algunos días me parecía verla, pero nunca era ella. Acabé por verla en todas partes. Supongo que para ella yo no había sido más que una herramienta, pero eso no me importaba. Tal vez esa misma tarde la habían desahuciado definitivamente, tal vez le habían dicho que estaba curada. Ella no me dijo nada.
Finalmente, al cabo de tres meses leí una esquela en el periódico que podía ser la suya (ya ni siquiera estaba seguro de que me hubiera dicho su verdadero nombre). Me metí en la cama y me pasé todo el día durmiendo y llorando. Cuando me levanté, había asumido que ella había muerto. Dejé de verla en todas partes. Pensé que ya no estaba obsesionado con ella.
La verdad es que nunca he vuelto a ser el mismo.